La
juventud es de los recurso más importante de cualquier país; es la innovación y
esa fuerza propulsora que abre nuevos caminos que la dinámica social así lo
exige, la rebeldía y los grandes sueños, la esperanza y el espíritu de cambiar
de rumbo y que está más allá de cualquier color partidista y militancia alguna,
la inteligencia y la fuerza vital que sobrepasa cualquier tendencia u
organización particular, porque su único ideal es el amor por Venezuela.
La juventud
venezolana es recia y decidida. Ha salido a defender la democracia y la
libertad cuando fue necesario, así quedó marcado en historia con la gloriosa generación
del 58.
Con el alto desgaste
de la democracia, en los últimos años se ha manifestado un hecho altamente
esperanzador: el fervor de la juventud venezolana. Son los jóvenes quienes han
tomado la batuta y decidieron cambiar el rumbo de la historia demostrando que
están a la altura de la misma.
A pesar de la
dificultad del momento, miles de jóvenes se han comprometido con el bien del País.
Se han dispuesto a asumir el servicio público como un compromiso de vida.
Muchos de ellos se orientan a ser políticos de profesión dentro de los
partidos. Otros, a ser ciudadanos con una profunda conciencia cívica, cuya
prioridad sea el beneficio de la sociedad y no el mero bienestar personal.
Si hay algo
de lo cual sentirse afortunado es del número de jóvenes que se ha interesado en
política en los últimos años, la realidad de nuestros tiempos lo demanda y la
gloriosa juventud ha sabido responder. Sin duda Venezuela cuenta con una
grandiosa generación de relevo que no le va
fallar.
Tenemos un
valiosísimo tesoro, que supone una gran responsabilidad para toda la sociedad
civil, incluidos, por supuesto, los partidos políticos. Es necesario crear las
estructuras y las condiciones materiales en las cuales sea posible cultivar la
vocación política de nuestros muchachos a lo largo y ancho del país.
Cultivar la
vocación política de esos jóvenes significa acompañarlos en el proceso de FORMACION
de sus cabezas para que entiendan la complejidad de los problemas de la
vida social y de sus corazones porque tales acciones deben estar presididas por
el ejercicio de la virtud de ser una persona capaz de encarnar la verdad,
alguien que actúa de acuerdo a su conciencia para procurar el bien moral en su
propia vida y a partir de éste, darse a la tarea de buscarlo para los demás.
De hecho
existen organizaciones que están trabajando en ello, pero en particular, quiero
señalar a la Fundación Futuro Presente a la cual pertenezco actualmente y la
cual está haciendo un excelente trabajo promoviendo los valores ciudadanos en
los jóvenes de Venezuela y que estoy seguro darán frutos en venezolanos capaces
de convivir en un mismo territorio y practicar la democracia.
Los jóvenes
estamos tomando espacio en el proceso de cambio que vive el País donde
repuntamos como la opción necesaria en este momento justo. Somos participes y
estamos escribiendo las paginas, en el quizá más extraordinario momento de la
historia de Venezuela.
Podemos y merecemos ser mejores...
¡Viva la
juventud venezolana!
@joxeantonio
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